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miércoles, 30 de octubre de 2013

El impuesto a los refrescos y obesidad


http://www.altonivel.com.mx/38890-por-que-impuesto-a-refresco-no-combatira-obesidad.html

Por qué el impuesto a refrescos no combate obesidad
30-10-2013
Por qué el impuesto a refrescos no combate obesidad
Dentro de las propuestas de alza de precios que ocurrirán a partir de 2014 se habla de un incremento de un peso al litro de bebidas azucaradas, estrategia con la que se pretende prevenir la obesidad al desincentivar la compra de refrescos. ¿Pero tendrá éxito esta medida?
Suena muy lógico que si incrementan el precio de un producto que no es “básico”, dejemos de comprarlo o por lo menos cambiemos de formato a uno más pequeño. 
Realmente no tenemos una bolita de cristal para poder ver exactamente qué pasará en el 2014, pero sí tenemos datos que nos pueden demostrar qué decisiones toman los hogares mexicanos cuando los precios suben; por lo que les platicaré un poco del panorama del 2009, justo el momento más duro de la crisis, cómo se comportaban las familias ante un menor ingreso y un mayor costo de los productos.
El 79% de los hogares mexicanos se sentían más afectados por la crisis que otros países, veían con poco optimismo el 2010 y creían que la situación económica del país y personal estaba peor que en 2008. El desempleopreocupaba a 9 de cada 10 amas de casa  y la inflación desde 2010 hasta ahora se ha vuelto nuestra principal preocupación.
Pero ante este panorama gris, algo tenían que hacer los hogares para administrar mejor su gasto.  Se tuvo cierto down-trading a través de marcas de precio más bajo, comprando más en promoción e incluso incrementando el gasto en marcas propias, pero no en todos los canastos ocurrieron los mismos cambios.
Mientras que en cuidado del hogar fue más fácil que rompiéramos algunos tabúes y las marcas propias incrementaron su presencia en las familias mexicanas, en categorías de alimentos como mantequillas, margarinas, pan o mayonesa cambiamos a marcas promedio o económicas.
Por otra parte, en jugosagua refrescos se cambiaron a marcas más económicas, que además brindaban en ese momento los envases más grandes, por lo que el precio por litro era mucho más atractivo; pese a ello no dejaron de consumir estas categorías.
Sin embargo, hubo algunos cambios,  por ejemplo, en los productos que se consumen en el hogar se dio preferencia a losdel segmento familiar, teniendo como consecuencia un menor gasto en productos light, generando así un efecto contrario en los hábitos de consumo que se esperan con la aplicación de la reforma.
La meta de la reforma es que un aumento en el precio del refresco del 10% desincentive el consumo en un 12.9%, según estimaciones basadas en las Encuestas Nacionales de Niveles de Vida e Ingreso de los Hogares (2002 y 2005).
Asimismo, se estima otro panorama, una disminución del consumo en un 10.1% gracias a proyecciones sustentadas en las Encuestas Nacionales de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH 2006, 2008 y 2010).
Adicionalmente, estimaciones con la ENIGH muestran que de haber un alza en el precio del refresco, los hogares aumentarían el consumo de agua y leche.
Este escenario previsto apunta a una mayor inversión del Estado para que más familias tengan aguapotable en sus casas.
A todas estas posibilidades,  ¿qué es factible que hagan los hogares mexicanos?
• El presupuesto no varía, pero sí incrementan los precios, pueden comprar tamaños más pequeños; lo cual genera un aumento de frecuencia y no se ve afectado el consumo; pero sí terminan pagando un precio más alto por litro.
• Pueden comprar la misma cantidad de refresco, pero de marcas más baratas.
• En una primera instancia sí podrían disminuir el consumo de refresco, pero a lo largo del tiempo retomarían sus hábitos anteriores a la reforma.
Así, lo que seguramente afectará la reforma fiscal es al poder de compra de las personas, no al consumo de estas bebidas.
Con las reformas y las inflaciones, que seguramente tendremos también para bienes y servicios, se provocará que el poder de compra de los mexicanos se reduzca para el próximo año; también sabemos que el crecimiento del mercado (PIB) está muy debilitado, lo que tampoco ayudará: esto afectará a refrescos y a todos los bienes y servicios.
El efecto específico sobre refrescos dependerá de qué tan elástica es la demanda de este producto en el país y sí los fabricantes hacen un esfuerzo y absorben algo de este incremento, reduciendo sus rentabilidades, protegiendo al consumidor final.

Cuestión de hábitos

Es difícil pretender cambiar drásticamente los hábitos de consumo sólo por un incremento de precios, debemos recordar que somos el segundo país de más alto consumo per cápita de refrescos.
Si se busca atacar el problema de salud que tenemos en sobrepeso tanto en niños como en adultos, hace falta más esfuerzo en educación alimenticia  lo cual empieza en casa.
Todos debemos tomar mayor protagonismo en el tema. Por ejemplo, 71% de las amas de casa se preocupan por el sobrepeso, pero un 31% lo sufren y no hacen nada para tratarlo.
¡Nos preocupamos, pero no nos ocupamos!
Definitivamente a los mexicanos nos encanta comer: preferimos comer mejor (45% declara haber cambiado su alimentación a comida más sana en el último año), antes de comer menos (sólo 20% ha realizado una dieta en los últimos 12 meses).
Entonces, ¿qué es comer mejor para el mexicano? Es comer menos carnegrasas harinas. No estamos muy convencidos de los productos light, lo cual es evidente cuando el 84% de los hogares no compran este segmento, 40% no cree en el beneficio, 37%  no le gusta el sabor, 36% prefiere alimentos más naturales  y 18% lo percibe como un segmento más caro.
Hay un camino más largo para poder disminuir el sobrepeso en México, y con ello las enfermedades derivadas del mismo, pero debe estar más orientado  en educación, tanto a padres como a  hijos. Es una senda más compleja, pero con un efecto más duradero.



lunes, 28 de octubre de 2013

expectativas a cerca de la eficacia de un impuesto a los refrescos

http://www.animalpolitico.com/2013/10/puede-un-impuesto-a-los-refrescos-ser-bueno-para-la-salud/#axzz2j3AU1WlG

¿Puede un impuesto a los refrescos ser bueno para la salud?

Gobierno del DF
Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro
A veces, ser el primero puede ser un gran problema. México tiene uno de los índices de obesidad más altos del mundo: 37,2% de los adultos mexicanos sufren de sobrepeso.
Según cifras dadas a conocer en 2011 por el Ministerio de Salud, el costo de tratar enfermedades relacionadas con la obesidad (como la diabetes, en especial del tipo 2) equivalía al 1,2 del Producto Interno Bruto (PIB).
Según sus proyecciones, en 2017 el gasto directo será de US$6.500 millones. Sumando los costes indirectos de la obesidad, como la pérdida de productividad laboral, México tendría que enfrentar una factura de hasta US$14.000 millones.
Algo difícil de sobrellevar para cualquier sistema de salud del mundo.
Por ello, en los últimos años, el gobierno ha aumentado sus esfuerzos para combatir esta epidemia, como reducir los niveles de azúcar y grasas de los desayunos escolares o retirar los alimentos procesados de las máquinas expendedoras de centros escolares.
Ahora, el actual gobierno está dando el que algunos consideran como el paso más atrevido: un impuesto para los refrescos.
El pasado fin de semana, la Cámara de Diputados aprobó (dentro del más amplio paquete de reforma hacendaria) un impuesto de un peso -8 centavos de dólar- por litro de bebida gaseosa.
La medida es ahora estudiada por el Senado. En caso de que introduzca cambios, regresará a la Cámara. De lo contrario pasará para firma presidencial.
El plazo máximo de aprobación es el 15 de noviembre. Si pasa (algo que se da casi por descontado pues el gobierno cuenta con los votos necesarios en el Congreso) entraría en vigencia 1º de enero de 2014.
Pero, ¿sirve?
Como era de esperarse, este impuesto ha causado gran controversia en el país.
Mientras que las organizaciones no gubernmentales que lo apoyan dicen que el gravamen es un significativo primer paso, quienes se oponen aseguran que no ayudará a reducir los niveles de obesidad en el país, sólo a recaudar más ingresos para el gobierno.
Este es el punto de vista que defiende Jorge Romo, representante de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos, que agrupa un 90% del sector en México.
“Es muy poco el porcentaje que aportan los refrescos en la dieta de los mexicanos, que es de más de 3.000 calorías. Sólo representan el 5% en el consumo de calorías. Si le ponemos impuesto a los refrescos, lo único que va a pasar es que va a subir el precio”.
Ante esto, Alejandro Calvillo, director de Poder del Consumidor, una de las organizaciones gubernamentales que más ha presionado a favor del impuesto, recuerda que México es el país que más consume refrescos en todo el mundo.
“Consumimos163 litros en promedio por persona (al año). Eso es más de 400 mililitros al día. Pero es el promedio. Si quitas a las personas que no consumen -que es como el 5%- y a las que sólo consumen una o dos veces a la semana, te queda un porcentaje de la población que consume 800 ml o más de refresco al día”.
La nutricionista Inés Sánchez, quien trabaja en el sistema de salud estatal, cree que el impuesto puede ayudar a combatir la obesidad “siempre y cuando las empresas refresqueras no metan otra gama para poder vender más sus refrescos: pueden disminuir el tamaño, sacar otro producto más barato. Lo que necesitamos realmente es educación”.
El ejemplo de Dinamarca
Quienes se oponen al impuesto a los refrescos traen a colación el ejemplo de Dinamarca que este año, después de varios de cobrarlo, decidió eliminarlo.
“Lo habían puesto en contra de las bebidas con azúcar y de algunos alimentos con grasas, pero fracasó porque las gente busca otras opciones. Entonces, si ponen un impuesto a lo mejor van a ir a consumir otros productos que resulten peores, que no sean seguros en el aspecto sanitario”, indica Jorge Romo.
En México se ha reportado que el impuesto en Dinamarca sólo sirvió para que, por ejemplo, el año pasado, 57% de los daneses cruzaran a Alemania a comprar refrescos y cervezas.
Ante esto, Alejandro Calvillo dice: “los análisis muestran que el impuesto funciona donde hay un alto consumo y donde el impuesto es alto. Si no tienes un alto consumo es difícil que puedas ver un resultado, como es el caso de Dinamarca. Y el impuesto allí tampoco es alto”.
En Estados Unidos -donde algunos estados han impuesto gravámenes a los refrescos- se ha argumentado que el gobierno no debe entrometerse en algo tan personal como la dieta.
Ante esto, Nick Finer, un experto en obesidad del Reino Unido, cree que los gobiernos “tienen un papel qué jugar porque es increíblemente difícil dejárselo a los individuos”.
“Los humanos evolucionaron para sobrevivir a la hambruna, nuestros cerebros tienden a decirnos que está bien comer todo lo que podamos mientras haya, para sobrevivir en los períodos de carencia”, indica.
“No hemos adaptado nuestros apetitos para vivir en una sociedad que tenga menos períodos de escasez. Por lo que tiene sentido que los gobiernos intervengan”, finaliza.
“Sufro de diabetes 2″
¿Y qué piensan los directamente afectados? Armando Murillo Salgado, un profesor de primaria de 55 años, ha estado bajo tratamiento por diabetes 2 durante 15 años.
En el momento en que hablamos con él, está sentado en su cama del Hospital 20 de Noviembre, en Ciudad de México, donde se encuentra interno por complicaciones cardíacas relacionadas con su afección.
Armando no tiene ninguna duda: los refrescos contribuyeron a empeorar su condición. “Yo pienso que un 50% de esta situación tiene que ver con los refrescos embotellados, por su contenido”, dice con voz ahogada.
Sin embargo, lo que sí duda es que un impuesto lo hubiera convencido de dejarlos (en la época en que aún podía tomarlos). “Lo dudo… En el refresco tú buscas el sabor, el gusto. De pronto me hubiera detenido un momento a preguntar: ¿cuánto? Pero lo hubiera comprado”.
Pero incluso quienes están a favor del del impuesto creen que éste, por sí solo, no es suficiente para disminuir de manera significativa los altos niveles de obesidad.
Argumentan que, entre otros, se necesita más apoyo al sistema de salud y campañas de orientación nutricional dirigidas a los ciudadanos, incluyendo los menores de edad.
Por todo esto, tal parece que México aún tiene mucho por hacer para abandonar el dudoso honor de ocupar los primeros lugares mundiales en índices de obesidad y sobrepeso.

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martes, 22 de octubre de 2013

Reforma impositiva hacia los alimentos chatarra

http://www.reporteindigo.com/indigonomics/reforma-chatarra

Reforma chatarra

La reforma fiscal propone gravar ciertos alimentos y bebidas de alto contenido calórico para combatir problemas de salud pública, aunque iniciativas así no han sido exitosas en otros países
 
1
comentarios
"Un impuesto sobre las bebidas es inefectivo para combatir un problema tan complejo como la obesidad"
Coca-Cola
Comunicado rechazando la iniciativa de impuesto especial
En el 2011, Dinamarca estableció un impuesto sobre alimentos con altos niveles de grasas saturadas, que un año después derogó por inefectivo
5
Por ciento es el impuesto propuesto para la comida con alto contenido calórico
30
Por ciento de los niños en México padecen de obesidad
152
Personas por cada 100 mil habitantes mueren en México al año por problemas relacionados con la diabetes
Ahora que la reforma fiscal propuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto ha sido aprobada por la Cámara de Diputados, la discusión sobre su contenido se trasladará al Senado. Y en medio de dicha discusión, quizá uno de los puntos más controversiales que aun permanece en la reforma es el imponer nuevos gravámenes a los denominados “alimentos chatarra” y a las bebidas azucaradas con el fin de combatir el serio problema de salud pública que representa la obesidad en México.
Puntualmente, la propuesta de reforma gravaría con un impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) de 5 por ciento a alimentos de alto contenido calórico como frituras, dulces, gelatinas o chocolates, además de aplicar un gravamen de un peso por litro a las bebidas azucaradas como los refrescos, así como a los concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores que contengan cualquier tipo de azúcares añadidas.
La decisión de continuar contemplando esta medida ha levantado protestas por parte de organizaciones representantes de las industrias afectadas, que argumentan que se trata de un impuesto regresivo, discriminatorio, y que no logrará combatir efectivamente el problema de la obesidad.
“Un impuesto sobre las bebidas es inefectivo para combatir un problema tan complejo como la obesidad”, dijo Coca-Cola mediante un comunicado publicado el viernes 18 de octubre. 
“Para cambiar los comportamientos de forma efectiva tenemos que asegurarnos que la gente entienda que cuando se trata del peso todas las calorías cuentan, sin importar la fuente, y eso incluye también a las bebidas calóricas”, agregó la compañía líder en el mercado mexicano de refrescos.
En México, siete de cada 10 adultos mexicanos padecen sobrepreso u obesidad, y entre la población infantil este fenómeno alcanza al 30 por ciento de los niños. 
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indica que México ya rebasó a Estados Unidos como el país con más sobrepeso entre sus miembros, así como la mayor tasa de mortalidad asociada con diabetes. 
Actualmente en México, por cada 100 mil habitantes hay 152 muertes causadas por diabetes. En comparación, el promedio de la OCDE es de 19 muertes por cada 100 mil habitantes. 
Sin embargo, aunque nadie discute que el problema representa un gran reto para la salud pública, lo que sí se discute es si el utilizar la política fiscal para combatirlo es el mejor camino.
Sin resultados claros
México no es el primer país que intenta combatir un problema de salud a través del aumento de impuestos. Hasta el momento, este tipo de iniciativas no han producido los efectos deseados por los legisladores, por lo que empresarios de la industria temen que la propuesta de Peña Nieto siente un precedente dañino para otros países latinoamericanos.
Uno de los casos más representativos es el de Dinamarca, que en el 2011 estableció un impuesto sobre alimentos con altos niveles de grasas saturadas. 
Después de un año la propuesta fue derogada debido a que, en lugar de cambiar los hábitos alimenticios de las personas, promovió las importaciones clandestinas de estos productos que se podían conseguir más barato en otros lugares. 
Por el contrario, Hungría representa un caso de éxito, pues después de 2 años con un impuesto especial para los alimentos envasados con altos niveles de sal y azúcar, los patrones de consumo de su población parecen estar empezando a cambiar.
De cualquier modo, no hay que perder de vista que en México se impuso un impuesto especial similar desde hace tiempo. Diversos proovedores afirman que el consumo de cigarros no ha sido reducido a pesar de que la cajetilla promedio ha incrementado de 15 a 42 pesos. Asimismo, ese impuesto coincide con el aumento del mercado pirata, al que anteriormente las tabacaleras no tenían que prestar mucha atención.
La industria refresquera y de botanas a nivel mundial sigue de cerca a esta reforma Mexicana, que podría ser el primer paso para que otro países adopten medidas en contra de la obesidad con impuestos, del mismo modo que ha pasado con la tendencia de combatir al cigarro.
El experimento Bloomberg
Uno de los ángulos más inusuales en la disputa que rodea a las actuales propuestas fiscales en México es el involucramiento de Michael Bloomberg, el actual alcalde de Nueva York. Durante su gestión, Bloomberg prohibió la venta de refrescos de medio litro en los restaurantes, cines y puestos de calle de la ciudad con el fin de combatir la obesidad. 
La medida no tuvo los resultados esperados, ya que su diseño arbitrario y limitación de las decisiones de los consumidores fueron percibidas como un exceso por parte de la autoridad. Esto contribuyó a que una corte decidiera eliminar la prohibición.
Pero al parecer Bloomberg no ha dejado la pelea, ya que Bloomberg Philanthropies, la organización que reúne todos sus proyectos caritativos, ha donado 10 millones de dólares a través de los últimos dos años hacia el combate de la obesidad en México. 
Parte de este dinero ha sido destinado a esfuerzos por promover este tipo de impuestos, que la organización califica como una manera de combatir la obesidad.
Entre los beneficiarios de Bloomberg Philanthropies se encuentra la asociación civil El Poder del Consumidor, uno de los proponentes más vocales del gravamen incluido en la reforma fiscal. 
Por su parte, los oponentes de la propuesta han denominado peyorativamente al gravamen como “el impuesto Bloomberg” en algunos de sus espacios publicitarios.
Además de esto, Bloomberg personalmente felicitó al presidente Enrique Peña a través de Twitter en septiembre, cuando se reveló la iniciativa de reforma del ejecutivo federal.

Familias mexicanas consumen en promedio 310 litros de refresco al año

http://aristeguinoticias.com/2210/lomasdestacado/mexicanos-consumen-310-litros-de-refresco-y-gastan-2216-pesos-al-ano-consultora/

octubre 21, 2013 1:53 pm
Mexicanos consumen 310 litros de refresco y gastan 2,216 pesos al año: consultora
Según la consultora Kantar Worldpanel informó que 81% de los refrescos que se compran son de cola. Sólo 2% es refresco light o dietético y en 99.8% de los hogares compran al menos un refresco al año.
Mexicanos consumen 310 litros de refresco y gastan 2,216 pesos al año: consultora
(Foto:Cuartoscuro)

La consultora Kantar Woldpanel  dio a conocer queen un hogar en México se consume alrededor de 310 de litros al año y en un gasto anual de 4,590 pesos al año en bebidas, 2,216 se destinan a refrescos.
Según el estudio, en México, el refresco representa 11% del gasto en productos de consumo masivo y de 81% de los refrescos que se compran son de cola, sólo 2% es refresco light o dietético y 99.8% de los hogares en México compran al menos un refresco al año.
En promedio, un hogar mexicano tiene cuatro habitantes, por lo que cada persona estaríaconsumiendo alrededor de 77.5 litros anualmente o 212 ml al día (poco más de media lata de refresco diario).
México está impulsando ahora un impuesto al refresco para combatir su consumo (y de paso, aumentar la recaudación fiscal), junto con otros productos con altos contenidos calóricos como frituras, dulces, helados y confites.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en México se consume más refresco que fruta y, entre la población de menor ingreso, se invierte tres veces más en refresco que en leche.
Por lo pronto, los analistas sugieren que el consumo de refresco debería gravarse todavía más, hasta 20% de su valor, como recomienda la Organización Panamericana de la Salud. (Con información de Excélsior)

Femsa, a través de Oxxo, y Starbucks buscan participación en el mercado de café soluble dominado por Nestlé

http://www.elfinanciero.com.mx/no-te-lo-pierdas/139-no-te-pierdas/38055-la-batalla-por-el-mercado-de-cafe-soluble.html


La batalla por el mercado de café soluble

No te pierdas - Martes, 22 de Octubre de 2013 05:34

starbucks via café instantáneo bloo 2p102010
[Alsea introdujo recientemente el café soluble de Starbucks al mercado mexicano. / Bloomberg ]

 

Miguel A. Pallares



Fomento Económico Mexicano (Femsa) y Alsea quieren quedarse con una parte del mercado del café soluble en México que vale cerca de mil millones de dólares y cuyo principal protagonista es la multinacional suiza Nestlé. Otro atractivo es que tiene una perspectiva de crecimiento de más del 50 por ciento para los próximos cinco años.


Femsa anunció este mes el lanzamiento de Andatti Soluble a través de las redes sociales, el cual se venderá en sus más de 11 mil tiendas Oxxo e iniciará con una presentación individual de 100 gramos. Recientemente, Alsea también reveló su entrada a este mercado el pasado septiembre con su marca Starbucks VIA, misma que estará disponible en las 397 tiendas de la compañía.


“Identificamos que el mercado tiene un potencial de consumo y en la primera fase se venderá Starbucks VIA en nuestras tiendas. El objetivo es igualar el consumo de café de grano que se tiene en una cafetería y que representa entre 6 y 7 por ciento de las ventas. Tampoco descartamos participar en retail más adelante”, comentó Saraí Jiménez, vocera de Starbucks México.


En México, el mercado de café soluble tuvo un valor de 920 mil 100 millones de dólares en 2012, pero en los próximos cinco años la tendencia apunta a que registrará un incremento de 54.2 por ciento para llegar a mil 418 millones de dólares. El futuro para este sector es más prometedor que otras épocas, ya que el quinquenio pasado el crecimiento de las ventas fue de 34.6 por ciento, de acuerdo con Euromonitor.


“Hace 11 años, cuando Starbucks llegó México el consumo per cápita era de 450 gramos y ahora es de 1.6 kilos. En comparación con países como Holanda, que tiene un consumo de 7 kilos por persona, aún hay una oportunidad enorme”, agregó Jiménez.


Femsa ha lanzado desde el año pasado productos exclusivos para sus tiendas Oxxo. En 2012, la compañía presentó las papas fritas Bitz en sus establecimientos, donde ofrece más de dos mil 400 presentaciones de diferentes productos y experimenta crecimientos de más de 13.7 por ciento anuales en ingresos.



Alto potencial


A nivel mundial, la venta de café genera ingresos por 6 mil 800 millones de dólares, de los cuales, 2 mil 720 millones de dólares, equivalente al 40 por ciento, provienen de la venta de café soluble, mientras que en México esa categoría representa el 72 por ciento del mercado, es decir, siete de cada 10 tazas consumidas en el país pertenecen al café instantáneo, según Euromonitor.


“Todavía hay un gran potencial de crecimiento para el café en México, teniendo en cuenta que el consumo per cápita compara muy desfavorablemente con otros países de desarrollo similar como Costa Rica o Brasil, los cuales tienen tres o cuatro veces más nuestro consumo per cápita”, señala el reporte de Bebidas calientes en Mexico de la consultora.


En el país, Nestlé domina el mercado de café soluble con la marca Nescafé, que cuenta con más de 60 años y ha otorgado al corporativo el 73.8 de las ventas nacionales. Después del corporativo suizo, las dos empresas con la mayor participación son Café Tostado de Exportación con Los Portales y Sabormex con las marcas Café Legal y Oro.


La Asociación Mexicana de la Industria del Café indica que el 70 por ciento de las ventas de café en México se hacen a través del canal retail, dentro del cual el de tipo soluble es el más importante, seguido por el foodservice, con 22 por ciento y el canal institucional con 8 por ciento del mercado.

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