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miércoles, 30 de abril de 2014

escolaridad y mercados de trabajo




Lo que la escolaridad nos dice sobre la fuerza laboral
David Rodríguez Estrada
Pocas cosas pueden explicar tanto la condición laboral de una persona como su nivel de estudios. Aunque con esto no estamos descubriendo el hilo negro, existen datos muy interesantes para ayudarnos a comprender la realidad laboral mexicana.
Antes de empezar con los datos es necesario aclarar algunos conceptos que se manejan en la materia, por ejemplo ¿qué es la fuerza laboral o PEA? El INEGI llama Población Económicamente Activa, o PEA, a aquellos habitantes de 14 o más años que realizan una actividad económica o que buscan incorporarse al mercado laboral. Básicamente nos referimos a adolescentes y adultos que trabajan o quieren hacerlo. En nuestro país, este grupo está integrado por aproximadamente 53 millones de mexicanos, casi la mitad de la población total.
A partir de este número es que podemos calcular dos de las cifras que más constantemente escuchamos: las tasas de desempleo e informalidad. ¿Pero qué quiere decir que una persona se encuentre desempleada? Puesto de manera simple, es alguien que no tiene trabajo pero que está buscando uno. ¿Y qué significa tener trabajo? Aunque muchos podríamos pensar en que está relacionado con trabajar para una empresa y recibir un salario, esto no es necesariamente correcto. El INEGI define el trabajo como la realización de una actividad económica, independientemente de sus características. De aquí surge la duda de la informalidad. Si bien cuentan como empleados tanto el director de una empresa como el vendedor de dulces en el semáforo ¿qué los distingue entonces en el mercado laboral? La formalidad o informalidad de su empleo. Los empleados formales reportan los ingresos que reciben a la autoridad hacendaria, sin importar el monto.
Una vez aclarado lo anterior, encontramos que a diciembre de 2013 existían en México cerca de 2.4 millones de desempleados, una tasa de desempleo de apenas 5%. Esta cifra a primera vista considerablemente baja nos dice que más de 9 de cada 10 mexicanos que buscan emplearse lo consiguen. Sin embargo, si tomamos en cuenta la formalidad y productividad de ese empleo, el panorama no es tan halagador. De los poco más de 50 millones de mexicanos que tienen un empleo, 30 millones (60%) se encuentran en el sector informal (gráfico 1).
Ahora veamos qué pasa si agregamos el nivel educativo. Para simplificar las cosas tomaremos en cuenta sólo cuatro categorías: primaria o menos, secundaria, preparatoria o carrera técnica, y licenciatura o posgrado. Como muestra la gráfica siguiente, el sector informal está ampliamente dominado por aquellos que su máximo nivel de estudios fue la primaria (cerca del 40%). Si a este grupo le añadimos a la gente con secundaria, tenemos ya a tres cuartas partes de todos los empleados informales. En contraste, aquellos con licenciatura o posgrado representan apenas al 7% del sector.
Por otro lado, uno esperaría que los empleados con licenciatura fueran la inmensa mayoría en la formalidad, pero no es así. De hecho, a excepción del 12% que sólo estudió primaria, la distribución en el sector formal está repartida prácticamente en partes iguales entre el resto de los niveles de estudio. Sin embargo, esto no quiere decir que las oportunidades de un empleo formal sean similares para cualquier grado de estudios después de la primaria.
Si observamos el panorama completo, es decir, tomando en cuenta empleados formales, informales y desempleados, encontramos algunos otros datos interesantes. Por ejemplo, aquellos que estudiaron únicamente hasta la primaria cuentan con la menor tasa de desempleo entre los niveles considerados, con 3.5%. Para el caso de los profesionistas, esta tasa es 1.3% más alta.
¿Esto quiere decir que existen más oportunidades de empleo para quienes tienen una menor educación? No. Como se expone en la gráfica 3, el 78% de las personas con primaria se encuentran empleadas, pero en la informalidad. Este caso se invierte casi de manera exacta para nivel licenciatura o más, donde apenas un 20% labora dentro de dicho sector. De hecho, conforme se alcanza un nuevo nivel de estudios se incrementa la proporción de empleados dentro del sector formal.
Entonces, ¿qué podría explicar las diferencias en tasas de desempleo y formalidad? Muy probablemente, una persona dentro del nivel más bajo de escolaridad que se encuentra desempleada cuenta con muchas menos opciones de emplearse de manera formal, por lo tanto, encontrará mayores incentivos para dar el salto a la informalidad antes de continuar sin percibir ingresos. En el caso de los profesionales la historia es generalmente diferente. Una persona con licenciatura puede permanecer más tiempo en condición de desempleo al correr un menor riesgo de no encontrar un empleo formal, reduciendo así las posibilidades de laborar de manera informal mientras permanece en situación de desempleo.
Finalmente, el nivel de estudios explica en gran medida la condición laboral de las personas. No obstante, incluso entre aquellos que cuentan con una licenciatura, existen grandes diferencias dependiendo de la carrera que eligieron. Si quieres conocer las diferencias de ingresos, tasas de desempleo y formalidad entre las distintas profesiones visita el portal www.comparacarreras.org.

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[1] Datos al cuarto trimestre de 2013. Fuente: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
Publicado por Animal Político
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