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lunes, 18 de agosto de 2014

Pros y contras del aumento al salario mínimo

http://www.forbes.com.mx/sites/aumento-en-salario-minimo-por-que-si-y-por-que-no/


Aumento en salario mínimo: ¿por qué sí y por qué no?

Gloria Aragón

Acerca de Gloria Aragón

Es editora de Breaking News en Forbes México. Economista de profesión, se desempeñó por varios años como editora de Mercados en el diario El Economista. Fue editora de Negocios en el periódico La Razón.
Escrito por  en agosto 18, 2014
Foto:Forbes Staff
Foto:Forbes Staff
Académicos y economistas presentan sus argumentos en torno a la discusión sobre la posibilidad de ver un aumento en el salario mínimo.


En medio de la polémica que se ha desatado sobre el incremento al salario mínimo, la organización ¿México cómo vamos? realizó un sondeo entre 13 académicos y economistas a quienes se les preguntó si el  salario mínimo debe incrementarse de manera importante, por ejemplo a 100 pesos.
De entre una serie de opciones, que van desde totalmente de acuerdo a totalmente en desacuerdo, cinco de los encuestados optaron por esta última respuesta, seis dijeron que estaban en desacuerdo y sólo dos se manifestaron totalmente de acuerdo.
El argumento que dieron los que respondieron en desacuerdo o totalmente en desacuerdo fue que se debe incentivar la producción  antes que elevar el salario.

Argumentos a favor
Juan Carlos Moreno Bid, director adjunto de la sede subregional de la Cepal, fue uno de los dos que estuvo totalmente de acuerdo en subir el salario mínimo. Dijo que es necesario iniciar un proceso sostenido de recuperación del salario mínimo y dejar de usarlo como unidad de medida para otros fines. Sin embargo, consideró que habría que hacerlo de manera gradual, con un horizonte acordado…. Un pre requisito es desindizar al salario mínimo como unidad de cuenta de multitud de pagos y multas.
Gerardo Esquivel, profesor e investigador del Tec de Monterrey, coincidió con Moreno Bid al considerar que “no hay riesgos en términos de empleo o de impacto inflacionario. Además, consideró que la desvinculación pude ser relativamente sencilla (como en Uruguay, con una sola Ley o con una nueva categoría salarial).
“Hay que considerar que el mínimo está muy por debajo del salario medio (19%). Quizá lo único es definir la trayectoria de cómo se llegaría allí, que podría ser en dos años. Lo importante, creo, es iniciar una etapa de recuperación sostenida de la capacidad de compra de ese grupo de trabajadores”, argumentó.

Manifestaciones en contra
Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), se manifestó totalmente en desacuerdo y declaró que “lo relevante es el salario real, no el nominal, y el real sólo mejora con una combinación de mayor empleo y  productividad: para esto se requiere inversión. Salario real sólo si hay inversión. Ese es el reto: inversión”.
Para Gerardo de la Peña, gerente de planeación del Infonavit, “el salario es el resultado de la productividad. Un incremento en el salario que no se encuentre acompañado de un alza en la productividad, sólo tiene un impacto en el nivel de precios”.
Mientras, Jorge Basave estuvo en desacuerdo al prever que un alza de manera arbitraria sería regresar a una práctica similar a la de los años 1970. que tuvo efectos inflacionarios que repercutieron contra los salarios más bajos. Así, recalca que es necesario que los aumentos correspondan de alguna manera con el aumento de la productividad.
Para Jonathan Heath, integrante del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), su postura fue en desacuerdo, pues opinó que es necesario definir si el reajuste sería escalonado o de un día para otro, proceso que de concretarse “debe hacerse con cuidado y con medidas complementarias, como desasociar el mínimo de las multas”.
Por su parte y sin formar parte de la encuesta, el gobernador de Banco de México, Agustin Carstens, ha declarado que “un incremento de manera arbitraria podría traer tres consecuencias para las empresas: primera, que se vean en la necesidad de trasladar esta alza a los costos a precios;  dos, que opten por correr al trabajador y, una tercera, que el empresario evada al salario mínimo, lo cual fomentaría la informalidad”.
No obstante, se mostró a favor del debate: “Sí (debemos) llevar a cabo el debate, pero sobre todo concentrarnos en implementar bien las reformas, que son las que van a elevar la productividad y de manera sostenible elevar los salarios”.