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Exámenes de diez
Categorias: Adqat Ciencia
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¿Estás preocupado por tus exámenes? ¿Temes reprobar a pesar de que asistes a clases y te preparas para tus pruebas? Es común creer que porque estudias uno o dos días antes del examen ya estás listo para presentarlo, sin embargo esto no es así. En este artículo hablaremos de las mejores técnicas de estudio.
Generalmente los problemas de desempeño en exámenes tienen dos razones: el no conocer la mejor forma de estudiar -que permita aprender realmente- y la ansiedad asociada a los exámenes. Esto se manifiesta de dos formas:
a) No conocer las respuestas de la prueba.
b) Cometer errores en las respuestas.
Esta segunda categoría se refiere a los errores de concentración o a los bloqueos que se deben al estrés; son esas faltas u omisiones que al ser calificadas nos damos cuenta que sí sabíamos y que redactamos mal u olvidamos mencionar.
No importa la edad que tengas, tú sabes que aunque ya no tengas que pasar controles mensuales, también en el trabajo tanto los superiores como los clientes nos hacen “exámenes” y están esperando de nosotros respuestas certeras, así que para mejorar tu rendimiento, en este artículo se escogieron tres técnicas de estudio útiles que repasaremos a continuación.
1.- Hazlo tuyo:
Los profesores de primaria te revisaban y puntuaban la limpieza de tu cuaderno y tenían razón; la toma de notas es muy importante. Su claridad y calidad serán las bases de las que depende tu estudio después de clase. Así llegamos al segundo mito que es necesario derrocar: es falso creer que con sólo atender a las clases vamos a poder aprender. Es como si dijéramos que todo lo que escuchamos una vez ya lo conocemos. Para realmente saber de un tema necesitas escucharlo, entenderlo, repetirlo y recordarlo. ¿Qué mejor, entonces, que tener la posibilidad de leerlo de dos fuentes potenciales? Si tienes el libro y además tus notas ya tienes dos fuentes de donde obtener la información.
Para fijar información en la mente se recomienda que cada día retomes los temas de clase, y gracias a tus apuntes y al libro de texto hagas un resumen o un mapa mental. Ayuda mucho si después de haber sintetizado los aspectos más importantes de un tema se piensa y habla al respecto. Platicar con otros sobre su utilidad o sus posibles aplicaciones cotidianas hacen que se eleven las posibilidades de que el contenido se grabe en tu memoria.
2.- Durante el examen… ¡a lo que sabes!
Cuando estés frente al examen lo primero que debes de hacer es leerlo completo. Puedes hacer breves anotaciones en otra hoja si crees que te ayuda pero no redactes, sino que sólo esquematiza. Antes de empezar a responder, toma el tiempo que te queda disponible para que lo administres adecuadamente. Minimiza las posibilidades de quedarte a medias de la prueba, obviamente mientras menos respuestas plasmes en el test menor será tu calificación.
Una vez que lo has leído todo, en vez de atacar las preguntas por orden se recomienda que contestes primero las que sí te sabes. Una vez que hayas terminado con las que te resultaban más sencillas, toma tu tiempo de nuevo para concentrarte en las que te cuesten más trabajo, empezando por las menos difíciles. Estarás invirtiendo tu tiempo de manera inteligente, y darás las respuestas que te asegurarán una buena calificación.
Recuerda guardar tiempo para hacer una lectura de revisión antes de entregar la prueba. Con seguridad encontrarás errores de redacción y ortografía pero probablemente te topes con algún elemento de información importante que valga la pena añadir o corregir.
3.- Combate la ansiedad:
Ya es demasiado estar sometido a un control como para además alimentar uno mismo nuestra ansiedad. Por ejemplo, ¿te pasa que comienzas a estar nervioso cuando te topas con una pregunta que no sabes, o bien, cuando tus compañeros se empiezan a salir y tú no has terminado de contestar tu examen? Bueno, pues en esos momentos es probable que tú mismo seas tu peor enemigo; es decir que en vez de motivarte te eches tierra solito, diciéndote que no vas a lograr tu cometido.
Estar calmado durante el examen hará que te concentres en las respuestas y no en un diálogo interno derrotista y que te desmotiva. Así que debes de preparar auto instrucciones para antes del examen y también mensajes para decirte durante la prueba. Instrucciones que funcionen como una guía que te dirija hacia tu objetivo. Tales como: “Debo leer y concentrarme.”, o “relee la respuesta para asegurarte de que contesta lo que te preguntaron.” etc.
Pocas son las personas que no sienten ansiedad frente a un examen, puesto que al no conocer las preguntas siempre cabe la posibilidad de cometer errores, olvidos o de no conocer las respuestas adecuadas. Sin embargo, si administras tu tiempo de estudio antes y durante la prueba, si revisas tus respuestas antes de entregar tu examen, y si logras relajarte, tendrás mayores posibilidades de lograr un buen desempeño.
Así que ya lo sabes: aplica estás técnicas y sácate un 10… o un 9.
Tania Vachez
P.D. Gracias a Pablo Montaño por su ayuda en la redacción de este artículo.
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