ISR es la clave de la recaudación
Generalizar IVA a medicinas y alimentos es una opción, pero difícil de justificar por su impacto político y social, juzga el académico del Tec de Monterrey, Humberto Valencia Herrera
Viernes 14 de septiembre de 2012
No se trata de quitar o poner impuestos, sino de buscar una solución de fondo que contribuya a ampliar la base de contribuyentes para aumentar la recaudación.
La reforma fiscal es un tema de todos los años: que si hay que generalizar el cobro de impuestos o aumentar la tributación a ciertos productos o servicios.
Al final, las propuestas terminan en una miscelánea fiscal para salir del paso. Un esquema lleno de exenciones que solo se concentra en gravar el consumo para mejorar la recaudación.
El problema de fondo es que hay demasiadas deducciones y las empresas terminan pagando un ISR muy bajo a pesar de ser redituables
“Desde un punto de vista de eficiencia económica quizá podría hacer sentido aumentar los impuestos en algunos productos, pero los impuestos al consumo traen distorsiones económicas”
Académico e investigador
Si realmente queremos una reforma fiscal a fondo, es necesario quitar todos los agujeros del ISR en exenciones y deducciones para que las grandes empresas paguen la proporción de impuestos que les corresponden, opina el académico Humberto Valencia Herrera.
En la medida en que las compañías que tienen el suficiente flujo de capital no tengan vías de salida para evadir el pago real, mejorará el cobro de impuestos, asegura el investigador del TEC de Monterrey, Campus Estado de México.
A su juicio, la solución no es generalizar el IVA a alimentos y medicinas porque una propuesta de este tipo sería difícil de justificar desde el punto de vista político y social, con un Congreso dividido.
Hay que gravar el ingreso y no el consumo. Es decir, elevar los impuestos del ISR, si se pretende eliminar el IETU el próximo año, y no del IVA, estima.
“Desde un punto de vista de eficiencia económica quizá podría hacer sentido aumentar los impuestos en algunos productos, pero los impuestos al consumo traen distorsiones económicas”.
Si desaparece el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), como al parecer se tiene contemplado, el nivel del ISR tendría que subir de 30 a 32.5 por ciento, “y quizá tampoco sea algo tan aceptable”.
En su opinión, se va a tener que hacer un balance de estos impuestos “porque mantener el IETU será complicado desde un punto de vista político y al parecer ya existe un compromiso para eliminarlo”.
No descarta, incluso, que se observe un abanico de aumentos de varios impuestos, y quizá ligeros, para el cobro de IVA en algunas medicinas y alimentos.
Los aumentos, sobre todo para el caso del IVA, deben ser bajos porque de otro modo “no serán aceptados por los legisladores” y la propuesta simplemeente no pasaría.
El académico recuerda que se esperaba bajar la tasa del ISR para 2013 ó 2014, pero si se elimina el IETU “será complicado lograrlo”. A su juicio, un camino menos complicado sería quitarle excepciones al IVA y al ISR, y permitir mayor dispersión de la base fiscal.
No castigar a empresas que ya cumplen
El problema de fondo, insiste el investigador del TEC de Monterrey, es que hay demasiadas deducciones y las empresas terminan pagando un Impuesto Sobre la Renta muy bajo, a pesar de ser redituables.
Sería más importante revisar las reglas que tenemos para el ISR y no sólo concentrarnos en el IVA, porque con ello no estaríamos solucionando el problema de la baja recaudación que tiene el país.
Lo importante, recomienda, es no castigar más a aquellas empresas que sí están cumpliendo y ya pagan hoy elevadas tasas de impuestos.
El especialista estima que generalizar el IVA a 16 por ciento no resuelve la astringencia recaudatoria y si puede “complicar las cosas”.
Si se está pensando en un esquema de este tipo, aconseja entonces generalizar los programas de apoyo social como las tarjetas de ayuda a los adultos mayores, vales para medicinas y despensas, para compensar el impacto de una política de impuestos más general.
Pero ello no garantizaría que disminuya el impacto social entre las clases más desprotegidas o se eleve el costo político de una medida de este tipo.
El punto central de una reforma fiscal, insiste el investigador Valencia Herrera, tiene que centrarse en aumentar la base gravable del Impuesto Sobre la Renta y quitar deducciones, y no en el Impuesto al Valor Agregado.