La competitiva industria de los smartphones cambia a un ritmo tan acelerado que las marcas que mañana serán imprescindibles hoy son apenas una idea germinal.
La Nikkei Brand Survey de 2014, que pedía a participantes de seis países de la región que mencionaran la marca de teléfono inteligente que más deseaban, reveló algo que todos sabemos: los fabricantes establecidos de Occidente y de Asia oriental son los amos. Apple ocupa el primer puesto, seguida por Samsung y Sony.
Las sorpresas se dan fuera de ese top 10. Tal vez no sea exagerado decir que mirar esos nombres es mirar hacia el futuro.
¿Quién es Oppo?
Entrar en el negocio del smartphone nunca había sido tan fácil gracias a la propagación de las cadenas de suministro que permiten a las empresas adquirir componentes a precios bajos, ensamblarlos de manera eficiente y llevar los productos terminados al mercado de forma rápida. Esta nueva infraestructura es la razón por la cual tantos nombres nuevos consiguieron colarse en el ranking. Quizás la más notable estrella en ascenso es Oppo Electronics, un fabricante chino que se posicionó en el puesto 11.
El 4 de octubre, el Centro Nacional de Convenciones Queen Sirikit de Bangkok estaba repleto de gente joven ansiosa por conocer los últimos dispositivos en la Expo Móvil de Tailandia. El espacio de Oppo era un sitio impresionante que rivalizaba en escala y diseño con el pabellón deSamsung.
Oppo está entrando a lo grande en Asia. Fue la tercera marca más deseada en el ranking de la encuesta para Indonesia y Tailandia, y novena en Vietnam. Desde su entrada en el mercado tailandés, en 2009, se ha convertido en uno de los cinco principales jugadores. También está ganando enorme presencia en Indonesia, Vietnam e India.
Los fabricantes chinos suelen centrarse en la reducción máxima de costos y precios bajísimos para ganar amplias franjas del mercado. Pero Oppo es distinta. “No buscamos la cuota de mercado. Producimos artículos atractivos que generan beneficios”, dijo Li Bingzhong, quien dirige el negocio móvil de la compañía en el extranjero.
En la feria tecnológica de Bangkok, el nuevo smartphone de Oppo, Find 7a, atrajo mucho interés. El teléfono tiene un precio de 15 mil 990 bahts (491 dólares) y cuenta con una pantalla de cristal líquido de alta definición, tiene incluso una función muy útil para los aficionados a los selfies.
Por su precio, cae en algún lugar entre las ofertas de gama alta de Apple y los smartphones de 100 dólares manufacturados por otros fabricantes chinos. El equilibrio que logra Oppo entre el precio y la función es uno de los mayores atractivos de la marca.
Oppo no pretende presentarse a sí mismo como una alternativa de gama más alta que sus rivales chinos. En el mercado aún en desarrollo de Indonesia, por ejemplo, vende un modelo para aquellos que apenas se inician en el mundo del smartphone a un precio relativamente modesto de 138 dólares.
Hace poco en la capital indonesia de Yakarta, Yulia de 24 años de edad admiraba en una tienda el smartphone N1 Mini de Oppo. “La cámara se mueve en todas direcciones. Es estupenda para tomar selfies”, dijo.
Este móvil se comercializa en 5 millones de rupias (412 dólares), el salario inicial para una persona recién egresada de la universidad. Aunque no es un precio que todos pueden costear, eso no impide que los vendedores ensalcen las virtudes del gadget y expliquen a los clientes que el teléfono tiene un buen precio, pues tendrían que desembolsar otro millón de rupias más por un Samsung o Sony con funciones similares.
Fichando a Leo
Oppo está construyendo de forma ininterrumpida su poder de marca. Gastó una fortuna para contratar a la estrella de Hollywood Leonardo DiCaprio para promover sus productos en la televisión. En China, un comercial con el actor tenía alborotada a la nación. En él, DiCaprio usa imágenes de alta definición y software de navegación de un teléfono de la serie Find para localizar a una misteriosa chica que lo provoca con el mensaje “Find me”.
Para fines de junio, la compañía hacía negocios en 10 países y regiones de Asia. Parte de su enfoque en el segundo semestre ha sido fortalecer sus operaciones en otros mercados emergentes, como Medio Oriente y África, detalló el jefe de negocios en el extranjero Li. Oppo también vende sus productos en Estados Unidos y Europa a través de Amazon.com y otros minoristas en línea. Su objetivo es seguir el camino forjado por los pioneros chinos Huawei y Lenovo y convertirse en un importante actor global.
El CEO Tony Chen fundó Oppo en 2004 en la ciudad de Dongguan, un centro internacional de maquila electrónica en la provincia sureña de Guangdong. Antes de establecer Oppo, acumuló experiencia trabajando en la industria de la electrónica. Los primeros productos de la compañía en aparecer en la escena mundial fueron reproductores portátiles de música y reproductores Blu-ray.
Oppo pertenece a un puñado de compañías tecnológicas chinas que han sido capaces de hacer crecer sus marcas más allá de las fronteras domésticas. La mayoría de las empresas del país que sueñan con internacionalizarse ven frustrados sus esfuerzos por el incremento de los gastos de nómina y el bajón económico de Europa.
Marcas indias
En otras partes de Asia también están surgiendo prometedoras marcas nacionales. En Mumbai, un ama de casa de 30 y tantos años recientemente sustituyó su smartphone marca Micromax Informatics por un modelo de gama más alta de la misma firma india. Pagó más de 10 mil rupias (162 dólares) por el nuevo teléfono. “Lo compré porque, además de hacer llamadas, quiero usar Internet más a menudo”, dijo. “Estoy contenta con mi nuevo smartphone”.
En el floreciente mercado indio de los teléfonos inteligentes, los jugadores domésticos, como Micromax y Karbonn Mobiles, están ganando rápidamente terreno a rivales como Samsung, Apple y Sony. Una encuesta realizada por la firma estadounidense de investigación IDC muestra que Micromax representó el 18 por ciento de los envíos de smartphones en India en el periodo abril-junio de 2014, asegurándose la segunda mayor participación, mientras que Karbonn quedó en tercer lugar, con 8 por ciento. Samsung fue el número uno con una participación de 29 por ciento, pero los dos fabricantes nacionales están cerrando la brecha velozmente.
La Nikkei Brand Survey de 2014, que pedía a participantes de seis países de la región que mencionaran la marca de teléfono inteligente que más deseaban, reveló algo que todos sabemos: los fabricantes establecidos de Occidente y de Asia oriental son los amos. Apple ocupa el primer puesto, seguida por Samsung y Sony.
Las sorpresas se dan fuera de ese top 10. Tal vez no sea exagerado decir que mirar esos nombres es mirar hacia el futuro.
¿Quién es Oppo?
Entrar en el negocio del smartphone nunca había sido tan fácil gracias a la propagación de las cadenas de suministro que permiten a las empresas adquirir componentes a precios bajos, ensamblarlos de manera eficiente y llevar los productos terminados al mercado de forma rápida. Esta nueva infraestructura es la razón por la cual tantos nombres nuevos consiguieron colarse en el ranking. Quizás la más notable estrella en ascenso es Oppo Electronics, un fabricante chino que se posicionó en el puesto 11.
El 4 de octubre, el Centro Nacional de Convenciones Queen Sirikit de Bangkok estaba repleto de gente joven ansiosa por conocer los últimos dispositivos en la Expo Móvil de Tailandia. El espacio de Oppo era un sitio impresionante que rivalizaba en escala y diseño con el pabellón deSamsung.
Oppo está entrando a lo grande en Asia. Fue la tercera marca más deseada en el ranking de la encuesta para Indonesia y Tailandia, y novena en Vietnam. Desde su entrada en el mercado tailandés, en 2009, se ha convertido en uno de los cinco principales jugadores. También está ganando enorme presencia en Indonesia, Vietnam e India.
Los fabricantes chinos suelen centrarse en la reducción máxima de costos y precios bajísimos para ganar amplias franjas del mercado. Pero Oppo es distinta. “No buscamos la cuota de mercado. Producimos artículos atractivos que generan beneficios”, dijo Li Bingzhong, quien dirige el negocio móvil de la compañía en el extranjero.
En la feria tecnológica de Bangkok, el nuevo smartphone de Oppo, Find 7a, atrajo mucho interés. El teléfono tiene un precio de 15 mil 990 bahts (491 dólares) y cuenta con una pantalla de cristal líquido de alta definición, tiene incluso una función muy útil para los aficionados a los selfies.
Por su precio, cae en algún lugar entre las ofertas de gama alta de Apple y los smartphones de 100 dólares manufacturados por otros fabricantes chinos. El equilibrio que logra Oppo entre el precio y la función es uno de los mayores atractivos de la marca.
Oppo no pretende presentarse a sí mismo como una alternativa de gama más alta que sus rivales chinos. En el mercado aún en desarrollo de Indonesia, por ejemplo, vende un modelo para aquellos que apenas se inician en el mundo del smartphone a un precio relativamente modesto de 138 dólares.
Hace poco en la capital indonesia de Yakarta, Yulia de 24 años de edad admiraba en una tienda el smartphone N1 Mini de Oppo. “La cámara se mueve en todas direcciones. Es estupenda para tomar selfies”, dijo.
Este móvil se comercializa en 5 millones de rupias (412 dólares), el salario inicial para una persona recién egresada de la universidad. Aunque no es un precio que todos pueden costear, eso no impide que los vendedores ensalcen las virtudes del gadget y expliquen a los clientes que el teléfono tiene un buen precio, pues tendrían que desembolsar otro millón de rupias más por un Samsung o Sony con funciones similares.
Fichando a Leo
Oppo está construyendo de forma ininterrumpida su poder de marca. Gastó una fortuna para contratar a la estrella de Hollywood Leonardo DiCaprio para promover sus productos en la televisión. En China, un comercial con el actor tenía alborotada a la nación. En él, DiCaprio usa imágenes de alta definición y software de navegación de un teléfono de la serie Find para localizar a una misteriosa chica que lo provoca con el mensaje “Find me”.
Para fines de junio, la compañía hacía negocios en 10 países y regiones de Asia. Parte de su enfoque en el segundo semestre ha sido fortalecer sus operaciones en otros mercados emergentes, como Medio Oriente y África, detalló el jefe de negocios en el extranjero Li. Oppo también vende sus productos en Estados Unidos y Europa a través de Amazon.com y otros minoristas en línea. Su objetivo es seguir el camino forjado por los pioneros chinos Huawei y Lenovo y convertirse en un importante actor global.
El CEO Tony Chen fundó Oppo en 2004 en la ciudad de Dongguan, un centro internacional de maquila electrónica en la provincia sureña de Guangdong. Antes de establecer Oppo, acumuló experiencia trabajando en la industria de la electrónica. Los primeros productos de la compañía en aparecer en la escena mundial fueron reproductores portátiles de música y reproductores Blu-ray.
Oppo pertenece a un puñado de compañías tecnológicas chinas que han sido capaces de hacer crecer sus marcas más allá de las fronteras domésticas. La mayoría de las empresas del país que sueñan con internacionalizarse ven frustrados sus esfuerzos por el incremento de los gastos de nómina y el bajón económico de Europa.
Marcas indias
En otras partes de Asia también están surgiendo prometedoras marcas nacionales. En Mumbai, un ama de casa de 30 y tantos años recientemente sustituyó su smartphone marca Micromax Informatics por un modelo de gama más alta de la misma firma india. Pagó más de 10 mil rupias (162 dólares) por el nuevo teléfono. “Lo compré porque, además de hacer llamadas, quiero usar Internet más a menudo”, dijo. “Estoy contenta con mi nuevo smartphone”.
En el floreciente mercado indio de los teléfonos inteligentes, los jugadores domésticos, como Micromax y Karbonn Mobiles, están ganando rápidamente terreno a rivales como Samsung, Apple y Sony. Una encuesta realizada por la firma estadounidense de investigación IDC muestra que Micromax representó el 18 por ciento de los envíos de smartphones en India en el periodo abril-junio de 2014, asegurándose la segunda mayor participación, mientras que Karbonn quedó en tercer lugar, con 8 por ciento. Samsung fue el número uno con una participación de 29 por ciento, pero los dos fabricantes nacionales están cerrando la brecha velozmente.