México es un exportador de talento al Silicon Valley, la meca de la innovación tecnológica. De acuerdo con información de la American Community Survey, cerca de 7 mil 600 mexicanos trabajan en la industria tecnológica de esta zona de California, conocida por albergar a buena parte de las empresas tecnológicas de Estados Unidos y el mundo, como Google o Apple.
Jordi Muñoz, Bismarck Lepe y Carlos Gómez son tres ingenierosmexicanos que lograron triunfar en Silicon Valley, en empresas como Google, Netflix y 3D Robotics.
Carlos Gómez es el encargado de conseguir que Netflix no pierda un solo suscriptor de sus más de 50 millones de usuarios a nivel global, pues desde hace cuatro años es el vicepresidente de Innovación de Producto de Netflix y anteriormente trabajó en Google para mejorar el algoritmo de búsqueda de la compañía.
“En Google me contrataron en el área de Calidad de Búsqueda como estadístico, y les ayudé a ver qué tipo de cambios hacer al algoritmo para que funcionara mejor con los consumidores. Después de nueve meses empecé a proponer mis propios cambios”, comentó Gómez en entrevista.
El ejecutivo nació en Inglaterra, pero se crió en México para luego mudarse nuevamente al extranjero tras finalizar sus estudios de preparatoria. Más tarde entró al Massachussets Institute of Technology (MIT) en Boston y permaneció en esa ciudad por 10 años, durante los cuales realizó dos licenciaturas, una maestría y un doctorado. Siempre estuvo interesado en las matemáticas aplicadas y modelado matemático de sistemas y procesos en diferentes áreas como ingeniería física, computación, biología e ingeniería médica.
Su trabajo en Netflix es fundamental pues la única fuente de ingresos de la compañía de Reed Hastings son las cuotas de suscripción de los usuarios, así que Gómez tiene como reto principal lograr que los contenidos relevantes para cada uno de ellos estén disponibles entre las primeras sugerencias de la plataforma de streaming.
Bismarck Lepe fue uno de los primeros empleados de Google. En esa compañía adquirió las bases necesarias para emprender sus propios proyectos en territorio mexicano. El primero de ellos fue Ooyala, una plataforma de administración de contenido de video para corporativos y medios digitales, con la que levantó más de 100 millones de dólares. Recientemente fue adquirida en 270 millones de dólares por la firma de telecomunicaciones australiana.
Sin embargo, Lepe tiene un segundo emprendimiento: WizeLine, una startup con oficinas en Silicon Valley y Guadalajara.
Lepe se mudó a Estados Unidos a los cuatro años de edad y en 1998 entró a Stanford a estudiar medicina; no obstante, fascinado por el boom tecnológico finalmente se decidió por economía y sistemas. Trabajó en 25 diferentes startups y una de ellas, Eland, se convirtió en el primer cliente externo de Google cuando Larry Page y Sergey Brin lanzaron la primera versión de su producto.
“Estuve en Google cuatro años y cuando compraron YouTube vi una oportunidad muy grande en el video, pues todos los medios iban a empezar a transmitir videos en internet y mi hermano, un compañero de Stanford y yo, empezamos con Ooyala”, comentó Lepe, cofundador y CEO de WizeLine.
Ooyala es la plataforma de video que utilizan los principales medios de comunicación a nivel mundial y cuenta con más de 450 empleados. Lepe dejó la compañía en octubre de 2013 para iniciar con un nuevo proyecto, WizeLine, firma que ayuda a las empresas a decidir sobre el lanzamiento de productos exitosos que concentra la mitad de sus operaciones en Guadalajara y el resto en Silicon Valley.
Jordi Muñoz es originario de Tijuana y empezó a experimentar con la fabricación de drones luego de encontrar un sitio en internet promovido por el movimiento maker (hazlo tú mismo).
El joven encontró la forma aprovechar la tecnología del control remoto de Nintendo Wii para manipular las aeronaves y con ello, llamó la atención de Chris Anderson, exeditor de la revista Wired y cofundador de dronesDIY, quien se convirtió en su socio para 3D Robotics, una de las empresas fabricantes de drones de consumo masivo líderes a nivel global.
Los drones de 3D Robotics tomaron vuelo en el garage de Muñoz con el desarrollo de Ardupilot, un sistema de control automático para las aeronaves, hasta que los niveles de producción requirieron migrar la manufactura desde San Diego para abrir la primera planta en Tijuana en 2011.
Jordi Muñoz, Bismarck Lepe y Carlos Gómez son tres ingenierosmexicanos que lograron triunfar en Silicon Valley, en empresas como Google, Netflix y 3D Robotics.
Carlos Gómez es el encargado de conseguir que Netflix no pierda un solo suscriptor de sus más de 50 millones de usuarios a nivel global, pues desde hace cuatro años es el vicepresidente de Innovación de Producto de Netflix y anteriormente trabajó en Google para mejorar el algoritmo de búsqueda de la compañía.
“En Google me contrataron en el área de Calidad de Búsqueda como estadístico, y les ayudé a ver qué tipo de cambios hacer al algoritmo para que funcionara mejor con los consumidores. Después de nueve meses empecé a proponer mis propios cambios”, comentó Gómez en entrevista.
El ejecutivo nació en Inglaterra, pero se crió en México para luego mudarse nuevamente al extranjero tras finalizar sus estudios de preparatoria. Más tarde entró al Massachussets Institute of Technology (MIT) en Boston y permaneció en esa ciudad por 10 años, durante los cuales realizó dos licenciaturas, una maestría y un doctorado. Siempre estuvo interesado en las matemáticas aplicadas y modelado matemático de sistemas y procesos en diferentes áreas como ingeniería física, computación, biología e ingeniería médica.
Su trabajo en Netflix es fundamental pues la única fuente de ingresos de la compañía de Reed Hastings son las cuotas de suscripción de los usuarios, así que Gómez tiene como reto principal lograr que los contenidos relevantes para cada uno de ellos estén disponibles entre las primeras sugerencias de la plataforma de streaming.
Bismarck Lepe fue uno de los primeros empleados de Google. En esa compañía adquirió las bases necesarias para emprender sus propios proyectos en territorio mexicano. El primero de ellos fue Ooyala, una plataforma de administración de contenido de video para corporativos y medios digitales, con la que levantó más de 100 millones de dólares. Recientemente fue adquirida en 270 millones de dólares por la firma de telecomunicaciones australiana.
Sin embargo, Lepe tiene un segundo emprendimiento: WizeLine, una startup con oficinas en Silicon Valley y Guadalajara.
Lepe se mudó a Estados Unidos a los cuatro años de edad y en 1998 entró a Stanford a estudiar medicina; no obstante, fascinado por el boom tecnológico finalmente se decidió por economía y sistemas. Trabajó en 25 diferentes startups y una de ellas, Eland, se convirtió en el primer cliente externo de Google cuando Larry Page y Sergey Brin lanzaron la primera versión de su producto.
“Estuve en Google cuatro años y cuando compraron YouTube vi una oportunidad muy grande en el video, pues todos los medios iban a empezar a transmitir videos en internet y mi hermano, un compañero de Stanford y yo, empezamos con Ooyala”, comentó Lepe, cofundador y CEO de WizeLine.
Ooyala es la plataforma de video que utilizan los principales medios de comunicación a nivel mundial y cuenta con más de 450 empleados. Lepe dejó la compañía en octubre de 2013 para iniciar con un nuevo proyecto, WizeLine, firma que ayuda a las empresas a decidir sobre el lanzamiento de productos exitosos que concentra la mitad de sus operaciones en Guadalajara y el resto en Silicon Valley.
Jordi Muñoz es originario de Tijuana y empezó a experimentar con la fabricación de drones luego de encontrar un sitio en internet promovido por el movimiento maker (hazlo tú mismo).
El joven encontró la forma aprovechar la tecnología del control remoto de Nintendo Wii para manipular las aeronaves y con ello, llamó la atención de Chris Anderson, exeditor de la revista Wired y cofundador de dronesDIY, quien se convirtió en su socio para 3D Robotics, una de las empresas fabricantes de drones de consumo masivo líderes a nivel global.
Los drones de 3D Robotics tomaron vuelo en el garage de Muñoz con el desarrollo de Ardupilot, un sistema de control automático para las aeronaves, hasta que los niveles de producción requirieron migrar la manufactura desde San Diego para abrir la primera planta en Tijuana en 2011.