Dinero
Promete el PRI no subir el gas, pero lo sube
Otra promesa: no más aumento de impuestos
Oceanografía: quema las manos
Enrique Galván Ochoa
E
n vez de la archiprometida baja del gas doméstico, el mes de marzo comenzó con un aumento. Y también de gasolina y diesel. El tanquecito de 20 kilos, el que compra la gente más necesitada, subió a $256.60. Aumentó 164% a lo largo de la dócena trágica Fox-Calderón, y los primeros 14 meses de Peña Nieto. El mismo tanque costaba 97 pesos aquel imborrable (por nefasto) diciembre que Fox llegó a Los Pinos. Millones de ancianos reciben una pensión de alrededor de mil pesos al mes y tienen que hacer rendir su gas, porque representa la cuarta parte de ese dinero. La promesa del priísmo es un engaño hasta hoy.
¿De veras ya no subirán los impuestos?
Si no ha cumplido ese compromiso, ¿puede creerse el nuevo? No habrá aumento de impuestos hasta noviembre de 2018, anunció el fin de semana el gabinete especializado ‘‘México Próspero’’. ¿De dónde salió esa estructura burocrática? Pareciera una reminicencia de los famosos gabinetes del foxismo: ‘‘orden y respeto’’, el de ‘‘crecimiento con calidad’’ y ‘‘de desarrollo social con oportunidades para todos’’. El de ‘‘orden y respeto’’ tronó el primer mes, cuando la fuga de El Chapo Guzmán. La gabinetocraciarenace en el gobierno de Peña Nieto. Integran el de ‘‘México Próspero’’ numerosos funcionarios de diversa jerarquía, pero los que cuentan son los probables presidenciables de 2018: Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray Caso, José Antonio Meade Kuribreña y Pedro Joaquín Coldwell. Ah, y ‘‘el tapado’’, porque no hay priísmo sin ‘‘tapado’’, y quizá sea uno de los miembros de bajo perfil. Elgabinetazo hizo su debut para anunciar que no habrá aumento de impuestos. También se compromete a no subir los existentes, ni tampoco reducir o eliminar los beneficios fiscales y las exenciones actuales. Estos buenos propósitos tienen que ver con ISR, IVA e IEPS.
La puerta abierta
Y tanta generosidad, ¿a que se debe? No se vieron así el año pasado. Según esto, quieren ‘‘facilitar el proceso de planeación de las empresas –pequeñas, medianas y grandes– y permitir a los hogares programar adecuadamente sus adquisiciones y ahorro’’. Esto último suena chistosito. ¿Podrá un hogar donde el jefe de familia gana un salario mínimo ‘‘programar adecuadamente’’ sus gastos y ¡ahorro!? Una de las claves del inesperado gesto de magnanimidad podría estar en los centenares de amparos que empresas y ciudadanos están ventilando ante los tribunales; incluso amparos colectivos como el de los contribuyentes de la zona fronteriza. Quieren que no crezca la ola. La nueva promesa tiene una salida tan ancha y profunda como el cráter del Popocatépetl: podrán aumentarse los impuestos ‘‘en respuesta a eventos macroeconómicos sustanciales ante los cuales sea imperante realizar ajustes al marco tributario’’. Mmmm. ‘‘¿Eventos macroeconómicos?’’ ¿Como cuáles? No los explica ni detalla. Pero el año pasado tuvimos uno: el desplome de la economía. Y con Calderón, otro: la recesión de Estados Unidos.
Oceanografía: implicados
Es difícil creer que no hayan participado los miembros del Consejo de Administración de Banamex en la autorización del crédito multimillonario a la empresa Oceanografía, relacionada con los hermanos Bribiesca y la señora Marta. Un préstamo de 585 millones de dólares, respaldado por cuentas por cobrar de su cliente Pemex, no es de los que se tramitan en sucursal. Pasan por varios filtros y finalmente son del conocimiento del consejo. Hay que seguir el hilo de la relación de Banamex con la ex familia presidencial desde que Fox autorizó la venta del banco a Citigroup, sin pago de impuestos, por cierto. Quema el comal donde dan de brincos para no arderse altos ejecutivos, incluso el director general, Javier Arrigunaga. Es oportuno recordar que era presidente del Fobaproa cuando Banamex fue rescatado con miles de millones de los contribuyentes.